A sus Señorías
Ya ha pasado un tiempo prudencial como para que podamos hablar más sosegadamente, sobre el verdadero problema en torno a los salarios de la clase política en el Parlamento. Entiendo que en un primer momento hayan tenido una reacción al uso de defensa corporativa de su empleo, de su esfuerzo y de su trabajo, pero creo que pasado ese ímpetu podemos analizar los hechos más detenidamente.
Cuando se habla de salarios nadie quiere que le toquen el suyo, al menos si no es para aumentárselo, y eso le pasa a todo el mundo, hasta a sus señorías.
Cuando se habla de salarios nadie quiere que le toquen el suyo, al menos si no es para aumentárselo, y eso le pasa a todo el mundo, hasta a sus señorías.