En estos días los partidos políticos están discutiendo qué van a hacer con nuestro dinero, el dinero de todas, de todas las personas que componemos este país. Decidiendo, qué cantidad de dinero se va a destinar a cada departamento concreto. Debatiendo qué partida es más importante y cuál es prescindible.
En estos días en los que el PSOE-EE está llegando a acuerdos con el PNV para la aprobación de presupuestos para 2014, queremos recordar que la solidaridad vasca se ha recortado en relación con 2012 en 38,46% y que para 2014 el Partido Nacionalista Vasco propone una reducción del 32,69%, lo que equivale a volver 10 años atrás a presupuestos de 2002.
En estos días también queremos recordar compromisos del Parlamento vasco y otras instituciones con la Cooperación Vasca, siempre reconocida por ser reflejo de una sociedad solidaria y comprometida:
• En 2007 La Ley Vasca de Cooperación, fue aprobada por unanimidad, y es donde se propone alcanzar el 0,7% para 2012, estando ahora en 2013 en la mitad, un 0,35%.
• En 2012 se realizó una Declaración Institucional en defensa de la Cooperación descentralizada del Consejo Vasco de Cooperación junto con ONGD, Gobierno Vasco, las 3 Diputaciones Forales vascas y Euskal Fondoa. El presupuesto fue de 52 millones, equivalente a un 0,5% del total.
• Durante 2013, el pasado 20 de junio, se aprobó en el Pleno del Parlamento Vasco la Proposición No de Ley, que instaba, por parte de todos y cada uno de los partidos de la oposición al Gobierno Vasco, a que en 2013 se mantuviese un gasto equivalente al de 2012.
• Esta semana, el día 5 se debatirán de nuevo las peticiones de la oposición para volver a los presupuestos de Cooperación de 2012 que el Gobierno vasco quiere negar una año más. El partido socialista, como ha venido haciendo hasta ahora, propone el aumento a 52 millones en su enmienda, sin embargo, mucho nos tememos que este tema de la cooperación y la solidaridad no sea una carta por la que se rasguen las vestiduras para presionar al PNV a un acuerdo bilateral, cuando nunca van a tener mejor oportunidad de demostrar su clara y firme apuesta por la cooperación internacional.
• 25 años de Cooperación y Solidaridad vasca, va a ser recortada ahora, y tendrá consecuencias nefastas para cientos de personas que verán ahogada su supervivencia y truncados sus procesos de empoderamiento.
En Mugarik Gabe llevamos más de 25 años apostando por una transformación social a través de los procesos de cooperación internacional. En el contexto político, económico y social en el que nos encontramos creemos que además de denunciar el retroceso de derechos y políticas sociales, debemos colaborar en el desarrollo de propuestas y alternativas.
La apuesta, el destino de fondos presupuestarios y el compromiso ético y político con millones de personas y cientos de pueblos que hoy se encuentran todavía en peores situaciones de injusticias y violaciones de sus derechos a lo largo del planeta pensamos que debe pasar por distintos aspectos.
Fomentar una Conciencia crítica y de Solidaridad en las diferentes instituciones y agentes políticos, económicos y sociales que la conforman, como garantía, y compromiso, para la mejora y desarrollo de la propia sociedad y del resto del mundo en el que estamos inmersos. En este compromiso es esencial mantener un enfoque de Derechos Humanos trabajando por reducir el peligro de retroceso a visiones ya superadas que entendían la Cooperación de manera puramente asistencial, sin reconocer la responsabilidad de unas sociedades y países más enriquecidos sobre otros. El peligro está en mantener la cooperación al desarrollo únicamente en épocas de bonanza económica o vaciarla de su contenido transformador y estratégico reduciéndola a trasvases de fondos según nuestra disponibilidad y/o planteando una visión instrumental de las mismas (objetivos de internacionalización, intereses económicos…).
Tener una Visión global y de interdependencia para la cooperación es imprescindible. Esta orientación no estará enfocada únicamente en los países empobrecidos, sino que parte y visibiliza la interdependencia entre los pueblos, países, y la naturaleza, entendiendo cómo en el mundo actual nuestras acciones tienen también consecuencias en otros lugares (transnacionales, medio ambiente…).
La apuesta por la Educación para la Transformación es clave para el cambio social. Una educación que fomenta el conocimiento de la realidad y cuestiona nuestro modelo de desarrollo y nuestra relación con nuestro entorno. Analizar cuál es responsabilidad y ver posibilidades de transformación a través de un cambio personal y también colectivo, que pasa por el empoderamiento personal para el logro de personas políticamente activas.
El respaldo a los procesos de desarrollo, debe contar con el apoyo a las organizaciones y movimientos de la sociedad civil de los distintos países, como los sujetos políticos del desarrollo y la transformación social, como expresión organizada de esas sociedades, y quienes conocen perfectamente las debilidades y necesidades para la mejora de las condiciones de vida.
En los últimos años la apuesta por el apoyo a procesos y no a acciones puntuales ha ido calando e incorporándose en las políticas públicas de cooperación. Ha sido un arduo trabajo de los agentes de cooperación hacer entender esta necesidad para avanzar en la eliminación de las causas y consecuencias del llamado subdesarrollo. Este enfoque no debe perderse por el contexto actual de crisis, con acciones como la eliminación de Programas a largo plazo. Nuestras propias sociedades son resultado de procesos en movimiento y de largo aliento; por lo tanto, las acciones de cooperación deben entenderse como inmersas igualmente en procesos de largo recorrido para conseguir las transformaciones que la justicia, la democracia y la libertad de las personas y pueblos demandan.
Desde la cooperación es nuestra responsabilidad retomar, intercambiar y aprender de paradigmas que se están impulsando desde otros lugares: buen vivir, la economía feminista, el decrecimiento, el feminismo comunitario…No imaginamos ninguna acción de cooperación que no incorpore una perspectiva feminista clara. Los avances de la igualdad en el ámbito más formal (leyes, planes y demás) han ido dando pasos pero aún con amplias carencias, cayendo en muchos casos en políticas vacías de contenido, sin estrategias adecuadas ni recursos suficientes.
Los impactos de nuestras acciones en el medio ambiente son claros y la cooperación debiera ser una herramienta más que nos ayude a mejorar esta situación. La práctica actual de dominio y explotación de la naturaleza nos está llevando a situaciones irreversibles para el planeta.
La coherencia de políticas, recogida en la Ley 1/2007 de 22 de febrero de Cooperación para el desarrollo (art. 3.11) hace referencia a la integralidad de la visión institucional a la hora de plantearse la cooperación al desarrollo, más allá de la labor concreta y específica de la Agencia Vasca de Cooperación. Preguntarnos cómo y cuántas interferencias negativas reciben los pueblos del Sur desde otras administraciones, será nuestro trabajo contra la anticooperación, logrando así una coherencia de las políticas vascas para el impulso de una cooperación trasformadora y solidaria.
Además de la importancia de la coherencia en el ámbito interinstitucional e interdepartamental es imprescindible la coherencia entre el discurso y la práctica. Pensamos que lo que se pretende para un mundo más justo debe aplicarse también en las propias estructuras de cooperación de las instituciones (contar con políticas de género y medio ambiente, cumplimiento de derechos laborales, evaluación, transparencia…).
Esta coherencia no puede estar al margen de la dotación amplia y específica para poder llevar a cabo una cooperación vasca de calidad. No podemos seguir dotándonos de Leyes para incumplirlas. Y no hablamos sólo de la responsabilidad en el cumplimiento de compromisos internacionales aun insuficientes como el 0,7% aprobado en los años 70 del siglo pasado por las Naciones Unidas, sino de las políticas de cooperación vascas y de la necesaria revisión política de los recortes realizados y qué prioridades se establecen.
Este sector ha demostrado históricamente lo mucho que ha hecho en el mundo, ha demostrado permanentemente la viveza de nuestra sociedad, ha movilizado a miles de personas voluntarias, ha incidido políticamente en nuestras instituciones, medios de comunicación y la propia sociedad. Ha respaldado grandes y pequeños procesos en infinidad de países del mundo generando nuevas oportunidades y posibilidades para una vida mejor a millones de personas. Ha mostrado al mundo la existencia de un pequeño pueblo en Europa solidario y eso ha fortalecido la imagen de la sociedad vasca, lo que ha aportado grandes beneficios éticos, políticos e incluso económicos.
¿Permitirán los partidos políticos, incluidos el Partidos Socialista y el Partido Nacionalista Vasco en sus acuerdos presupuestarios que todo esto desaparezca? En sus manos está el mantenimiento de la apuesta política real en la cooperación y solidaridad, aportando al menos los mismos recursos que los gestionados hasta 2012.