La COP27 no es un cuento
Erase que se era un balneario donde los liderazgos mundiales, junto a sus equipos de concienzudos asesores medioambientales y comunicacionales, además de algún que otro personaje y organización de buena fe, se juntaban para hablar de lo mal que estaba el clima en el planeta y, por extensión, del peligro para la Vida con mayúsculas.
Mas que una molestia
La crisis climática aún se percibe como poco más que una molestia para los países enriquecidos. Sin embargo, está ahí, y en los países del Sur global, esa molestia ya es catástrofe y disminución evidente de las condiciones de vida. O se aborda o el planeta se aboca a profundas crisis que, además de climática, serán también sociales y políticas.
Los diferentes caminos del cine y el audiovisual en Bolivia
De manera silenciosa, CAIB y el Sistema Plurinacional de Comunicación Indígena Originario Campesino Intercultural, desde el audiovisual y la labor comunicacional, han aportado a lo largo de los años al proceso de trasformación que ha vivido Bolivia en las últimas décadas, transitando de un Estado Republicano Colonial al nuevo Estado Plurinacional.
Colombia, una realidad compleja
En los últimos 8 meses desde Mugarik Gabe hemos estado en tres ocasiones en Colombia y pudimos visitar territorios como el eje cafetero, el Cauca, Antioquia y Bogota. Excepto en esta última ciudad, en la cual nos encontramos con diferentes instituciones colombianas, en el resto del país hemos podido conversar y ser testigas de la vulneración sistemática de los derechos humanos, tanto por el estado colombiano, como por los diversos grupos armados.
Voces que gritan por un rendija
Durante los días 4 y 5 de marzo de 2010 en Guatemala, un Tribunal de Conciencia rompió el silencio y sacó a la luz la verdad de las mujeres sobrevivientes [...]
Colombia y los derechos humanos, una realidad de libro
Desde la red Kolektiba Colombia, asumiendo nuestro compromiso por la defensa de los Derechos Humanos, rechazamos la presencia de Iván Duque en el Estado español y denunciamos la utilización de la cultura para el lavado de cara de un gobierno que ha generado, impulsado y alimentado un ciclo de violencia en Colombia sin precedentes.
Ni nadie ni atrás
La hipocresía empieza a ser no la madre de la ignorancia, sino el elemento rector de muchos gobiernos. Así, como en los juegos de magia cuando te hacen poner la vista en una mano, mientras el truco se realiza con la otra.
Colombia o la hipocresía europea
Clase política europea que, acompañada de la económica y mediática, mira para otro lado desde que el 28 de abril la sociedad colombiana decidió optar por la protesta sostenida y pacífica, que ha sido respondida por la represión más salvaje y la militarización del país en un no declarado estado de excepción que suspende libertades y derechos, mientras se protege desde esos cuerpos policiaco-militares a civiles armados que asesinan impunemente manifestantes en las calles.
Bizitza Jokoan / La vida en juego
Prácticamente nadie cuestiona hoy el hecho de que es el sistema dominante, el capitalismo desaforado, que solo piensa en la búsqueda del máximo de beneficios al precio que sea, lo que incluye al precio de destruir la naturaleza, el responsable de la crisis climática que ya vivimos.
Menos tecnicismos y más solidaridad
Un asunto como es la cooperación entre las personas y países nos exigiría abordar, siempre mediante el consenso, las causas de las diferentes crisis, afrontarlas desde la solidaridad y la búsqueda de la justicia.
Una renta básica incondicional feminista
Por fin una vacuna 100% eficaz contra la pobreza. Se acaba de presentar en el Parlamento Vasco una Iniciativa Legislativa Popular, donde se pide la creación de una Renta Básica Incondicional, RBI. En Mugarik Gabe hemos decidido apoyarla, porque llevamos años luchando por las desigualdades entre países como ONGD de cooperación. Y esta renta, pensamos que va afectar muy positivamente a las mujeres de nuestro entorno, a fin de reducir las desigualdades entre hombres y mujeres.
Construir memoria para luchar contra las violencias machistas
Inscribir en la memoria social colectiva a las mujeres víctimas y sobrevivientes es un acto sanador, de reparación social y una apuesta política para la prevención de las violencias machistas.