La carencia de una formación feminista en el ámbito legislativo, jurídico, judicial o administrativo ha sido una de las cuestiones más mencionadas por todas las participantes en las jornadas ’legislAcción: Propuestas feministas legislativas para vivir una vida libre de violencias machistas’, que Mugarik Gabe organiza en Bilbao.
“El sistema judicial no defiende a las mujeres”, ha afirmado por ejemplo Inmaculada Mata, de Mujeres que aman demasiado, quien ha analizado en su intervención la participación de mujeres sobrevivientes en la definición legislativa. “Muchas mujeres obvian denunciar porque eso supone muchas más trabas. Se fomenta que con la denuncia está todo solucionado y eso no es así”, ha añadido. De hecho, Laia Serra, de Dones Juristes, ha recordado que, en una investigación de recogida de datos, “todas las mujeres que habían ganado casos sobre violencia sexual ninguna volvería a iniciar el proceso”.
En la misma línea, Juana Aranguren, de Plazandreok, ha apuntado que existe “una aplicación masculina del derecho penal”. Mientras que Bego Zabala, de Emakunde Internazionalistak, ha señalado que es necesario quitar el foco del “derecho penal” para crear “un derecho antipatriarcal”, algo específico para las violencias machistas. “Los estereotipos de género siguen muy presentes en la justicia”, ha subrayado Estefanny Molina, de Women’s Link World Wide.
Otra de las cuestiones clave y transversal en gran parte de las más de la decena de ponentes de la jornada ha sido la falta de ejecución y cumplimiento de las leyes existentes. Es decir, que la falta de voluntad política incide de manera negativa en que las mujeres puedan disfrutar de una vida libre de violencias. Por ejemplo, y como caso más tangible, es que el Estado español no ha cumplido ninguna de las recomendaciones que la CEDAW, que no son vinculantes, le impuso por el caso de Ángela González: la ONU dictaminó que el Estado había fallado en la protección de su hija, a pesar de los indicios del peligro en el que estaba cuando tenía que ir con su padre maltratador. Por ello, la representante de Women’s Link World Wide, ha hablado de “falta de voluntad institucional”, de “incumplimiento absoluto por parte del Estado, así como de una “actitud feminicida e impune, tolerante con la violencia”. Es decir, que ni siquiera se cumple con las convenciones internacionales que han sido ratificadas. Desde Mugarik Gabe, además, denuncian que el Estado español ha firmado todos los acuerdos internacionales en este ámbito, pero no ha dotado de recursos económicos ni humanos estas propuestas. “Tenemos que seguir con la incidencia política”, ha añadido Estefanny Molina.
Leyes estatales
Más allá del escaso marco de la ley estatal que sólo contempla como violencia de género la que se da en el ámbito de la pareja y la expareja, se han analizado otras legislaciones como la navarra, aprobada sin contar ni con la sociedad ni con los colectivos de mujeres, o la catalana. Esta última ha supuesto avances desde el punto de vista feminista, como por ejemplo la creación de una red de servicios o la obligación de la reparación en todos los ámbitos dañados, según ha explicado Marisa Fernández, de la Plataforma Unitaria.
En el caso de la Comunidad Autónoma Vasca, no hay una ley al respecto, sólo un artículo en la ley de Igualdad de 2007. Entre otras críticas, Juana Aranguren ha explicado que no tiene en cuenta la diversidad de mujeres y de realidades, por lo que carece de un enfoque interseccional.
En el ámbito internacional se ha dedicado espacio al caso de El Salvador, cuya normativa tiene presente las reivindicaciones del movimiento feminista. Un logro que Silvia Juárez, de Ormusa (Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz), apunta que no conseguirá un cambio cultural en el corto plazo, pero que sí va cambiando cosas poco a poco. Y ha puesto como ejemplo el tratamiento informativo de las violencias machistas: “Los medios no hablan ya de crimen pasional sino de feminicidios. Y está teniendo un efecto simbólico”.
Por su parte, Susana Chiarotti, del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), ha repasado los avances que ha supuesto la Convención de Belem do Pará: por ejemplo, desde su aprobación son ya 11 países de la región latinoamericana los que han aprobado leyes integrales de violencia, mientras que el feminicidio se sanciona en 17 países, en los que este concepto se estudia en las facultades de Derecho. “Hay que tener paciencia, sólo llevamos 30 años legislando. Tenemos que seguir molestando”, ha finalizado.
Las jornadas, en las que han participado más de cien personas, han abordado también cuestiones como las contradenuncias, las custodias de los hijos e hijas, el sistema carcelario y penitenciario, la trata con fines de explotación sexual, la situación de las mujeres migrantes o la impunidad. Todos estos debates públicos serán retomados hoy en la jornada interna de trabajo que ha organizado Mugarik Gabe con movimiento de mujeres, feminista y movimientos sociales.