Este pasado día 12 de octubre América Latina nuevamente se ha visto caminada por concentraciones y manifestaciones en todos sus países. En una larga marcha, de más de 500 años, los pueblos indígenas del continente siguen planteando la exigencia del ejercicio efectivo de todos sus derechos, como personas y como pueblos.
Reivindican sociedades descolonizadas y despatriarcalizadas, donde el paradigma capitalista y machista no tenga lugar y deje de ser fuente de violencia, represión e invisibilización. Donde la riqueza sea compartida y no esté concentrada en unas pocas (cada día menos) manos.
Exigen la salida de las transnacionales de sus territorios, esos espacios de vida que hoy son apuesta segura de alternativas al modelo de desarrollo dominante. Ese modelo que ataca y destruye la naturaleza y la diversidad de la vida, que luego dice estar preocupado por el cambio climático, pero que sigue ensimismado solo en el aumento de beneficios económicos para sus transnacionales, consejos directivos y oligarquías locales.
Se esfuerzan, así mismo, por construir sociedades donde la violencia contra las mujeres, como una expresión más de sociedades machistas, desaparezca para que la igualdad entre mujeres y hombres sea una verdad y no simple proclama vacía.
Y Mugarik Gabe, que hoy sigue acompañando estos procesos, se pudo sumar física y simbólicamente a la Marcha en Guatemala. De alguna forma, nuestra presencia en las calles de ese país volvía a representar el momento de compromiso con todas las manifestaciones y marchas en el continente que rememoran más de 500 años de resistencia frente a los intentos de poderes y capitales externos e internos de dominar y colonizar sus territorios y pensamiento. Y en los días siguientes, los 13, 14, 15…, cuando los focos de las cámaras y los pequeños espacios mediáticos que nos contaron de este 12 de octubre desparezcan, Mugarik Gabe quiere decir que seguiremos trabajando con los pueblos y organizaciones sociales y populares de esa América Latina que continua caminando. Esa América que lucha por un continente con verdadera justicia social y que hoy construye alternativas al modelo dominante.