Las defensoras de derechos humanos son mujeres que luchan de forma individual o colectiva para el pleno ejercicio de los derechos humanos, tanto de ellas mismas como de toda la sociedad.
Hablamos específicamente de las mujeres porque en la mayoría de los casos, no se realiza un análisis de las violaciones de derechos humanos y la situación de las defensoras desde un enfoque de género y feminista. Hay que visibilizar las violencias estructurales y modelos patriarcales en los análisis de las violaciones de derechos humanos y las distintas violencias que las defensoras viven en los diferentes ámbitos de sus vidas.
Queremos analizar y difundir qué significa para las vidas de las mujeres la vulneración de sus derechos humanos, cómo no sólo afecta en lo individual, sino también en lo colectivo y a las sociedades en las que vivimos.
Asimismo, queremos visibilizar a las mujeres luchadoras en la defensa de los derechos humanos como sujetas políticas, activas en el ejercicio y defensa de sus derechos.
El cuestionamiento de los roles desde el ejercicio de derechos
Las sociedades patriarcales abusan sistemáticamente los derechos humanos de las mujeres y justifican la violencia contra ellas como algo natural. Las defensoras cuestionan el significado social de lo femenino y se enfrentan a todo esto tanto en la esfera pública como en la privada, teniendo serias implicaciones en sus vidas.
La situación de las defensoras esta invisibilizada, por factores estructurales de discriminación contra las mujeres y la normalización de las violencias machistas; muchas de las expresiones de violencia contra las defensoras están legitimadas y normalizadas socialmente, lo cual hace más difícil de verlas. No se contemplan o se minimizan las violencias que las defensoras enfrentan en los ámbitos familiares, íntimos o ejercidos por actores no estatales.
Asimismo, la resistencia de personas, organizaciones e instituciones a reconocer las desigualdades de género internas, impide tanto reconocer las agresiones que cotidianamente viven las defensoras como el trabajo que llevan a cabo las defensoras como sujetas políticas.
La contribución de las mujeres a la defensa de los derechos humanos ha permanecido invisible y no reconocida. Lo mismo sucede con la mayoría de las violaciones, los riesgos y limitaciones que afectan el desarrollo de su trabajo y a sus vidas. La hostilidad contra la mujer a causa de su género y su trabajo como activista de derechos humanos es generalizada.